Como yo lo Siento
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Ya una vez había dicho que ser un forastero es como ser una moneda de tres caras, que gira al antojo del azar. Pero más que azar, hoy quisiera recordar aquella vieja entrada por el contraste que hay entre las tres caras de la moneda.
En la anterior entrada vimos que, a veces, el forastero piensa que regresar es la mejor noticia que puede recibir y eso lo hace cantar a los gritos y con la sonrisota puesta que hoy voy a verte de nuevo. Hace unos meses mostré la que podría ser la segunda cara de esta moneda: La canción Volta pro morro en la cual se tienta al forastero a regresar. Es cantada desde la perspectiva de quien espera y no puede saberse si el foraster finalmente regresa o no, pero podemos saber las buenas noticias que el regreso traerá, la alegría que se desbordará e impregnará todo lo que toque.
La canción de hoy es la tercera cara de esta moneda, pues hace contraste con los buenos augurios y la alegría que supone el regreso y de los que hablan las otras dos canciones. Esta es la canción que el forastero canta cuando se le tienta a regresar, pero un rápido vistazo a las cosas que hay le muestran que los motivos no son suficientes, que no hay a qué volver, que la casa (la maravillosa, en la que tanto se vivió, se rió y se fue feliz) ya es otra casa, que la magia ya se ha perdido, que ni siquiera el árbol sigue siendo aquél. Y entonces pregunta (no a quien lo tienta, sino a sí mismo): ¿A qué volver?
(Aqui pueden ver otra canciónde Los Chalchaleros en este blog)
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¿A QUE VOLVER?
La casa ya es otra casa, el árbol ya no es aquel.
Han volteao hasta el recuerdo,
entonces, ¿a qué volver?
Mi perro allá arriba inmóvil viendo la tarde crecer.
Y este vacío de ahora,
entonces, ¿a qué volver?
Volver, ¿para qué?
¿Para sentir otra vez que se desboca tu ausencia,
dormida en mis venas, borrada en mi piel?
¿Para que duela tu ausencia?
entonces, ¿a qué volver?
Mi puente, mi viejo puente. ¿qué río verás correr?
Si lo han llenado de guijarros,
entonces, ¿a qué volver?
La magia ya se ha perdido, ¿quién la pudiera encender?
Ni la tierra ya es de tierra,
entonces, ¿a qué volver?
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