jueves, 7 de agosto de 2008

Y... Comienzan!!


Una medalla olímpica es algo maravilloso.
Pero si no eres capaz de ser grande sin ella,
tampoco lo serás con ella
Irv Blitzer - Cool Runnings
_____________________________


Hace ocho años, a los fanáticos del olimpismo se nos hacía agua la boca pensar en lo espléndidos, coloridos y casi míticos que serían unos juegos olímpicos en Beijing, pues habíamos visto crecer a China como potencia deportiva y de sobra sabíamos su disciplina y la capacidad de trabajo y sacrificio, que pocos pueblos son capaces de emular. Claro, esos eran fantaseos parecidos a los de Cecilia cuando era niña, y al igual que ella parece que los fanáticos del olimpismo necesitamos otro plan.

¿Qué sucedió?

Antes, China se nos presentaba como esa misteriosa y cautivante cultura llena de secretos y misticismo, en donde la sabiduría residía en los ancianos y los jóvenes luchaban con honor por conseguirla. Hoy china es una máquina depredadora de recursos que no le importa pasar por encima de su propia gente con tal de crecer e imponerse sobre occidente, y a esa máquina estos juegos le vienen como medalla de oro al cuello, y muy oronda sale a mostrar al mundo cantidades obscenamente grandes de dinero invertidas en pompa y boato con las cuales regodearse de su grandeza mientras esconde 900 millones de pobres bajo la alfombra. Súmenle a esto el problema del Tíbet, la eterna bruma de Smog sobre la ciudad, amenazas terroristas y unos cuantas docenas de casos de doping y ya hay suficiente para sentir que alguien vino y agarró a patadas nuestro pastel.

¿Por qué nos hacen esto? Se supone que los juegos son el mayor triunfo de la humanidad, en donde vamos a ver al atleta enfrentarse al drama de la existencia humana simulado en la competencia, veremos a los que ganan recibiendo el premio a numerosos sacrificios y a los que pierden los veremos gallardos y nobles en la derrota, veremos Gigantes, caídas, increíbles muestras de coraje. Claro que también veremos cómo la delegación de un país (Georgia) abandona los juegos para unirse al ejército de su país que acaba de entrar en guerra. ¿Y los cuatro, ocho o doce años de preparación para estar en Beijing?

Los juegos son la celebración del espíritu humano, un espíritu que también quiere competir a balazos y bombazos. Confiemos en que seamos más quienes queramos que el campo de honor donde las naciones combatan sea un escenario deportivo, no un escenario de guerra.
Vivan los juegos

_________________________________________


Para ver en directo diferentes pruebas ( y que no nos frustren como en 2004, cuando cambiaron las finales de atletismo para pasar un aburridísimo juego de béisbol) les recomiendo la página de Terra, aunque sin narrador (en algunos casos eso es bueno), con la posibilidad de ver las competencias en diferido

También un buen blog con toda la programación detallada

y no está de más, la página oficial en español


Disfrutemos de este triunfo de la humanidad

No hay comentarios.: