domingo, 29 de julio de 2007

Juan Mauricio Soler

El ocurro de la semana fue sin duda la victoria de Mauricio Soler en la clasificación de la montaña del Tour de Francia, algo que venía siendo esquivo los últimos años, aunque las ganas fueran muchas y los pronósticos favorables. Colombia siempre se enorgullece de sus ciclistas escaladores, pero triunfar en la montaña del tour sólo había sido posible para las dos grandes figuras ciclísticas (Lucho Herrera y el Santi Botero) y solo en tres de los 24 años que se ha intentado

El triunfo tiene varios añadidos que le aumentan su relevancia, como el pertenecer a un equipo de los más pequeños, sin gregarios de peso, la inexperiencia de ser su primer tour (Tanto para él como para su equipo) y tener como rival directo al mejor escalador del momento: Michael Rasmussen. Con el repentino e inesperado éxito (Hace tres semanas nadie conocía a Soler) los periodistas aprovecharon para las habituales visitas a la familia con sus preguntas tontas, triviales, baladís y predecibles. Muchos de ellos ni siquiera sabrían que existe un pueblo llamado Ramiriquí, y allá fueron a preguntarle a su familia cómo se sentía y a resaltar algún detalle irrelevante y macondiano.

Al ver a su familia, amigos, compañeros de entrenamiento y el entorno en el que debió crecer Soler, me imagino la sensación de Forastero que puede sentir al recorrer Europa en su Bicicleta sin entender el idioma de los que lo rodean, con comida extraña, clima extraño, entorno extraño, lejos de su familia y su país, sin un amigo cercano para contarle lo bonito que es Europa o el calor tan hijuemadre que está haciendo, con tantos ojos viéndolo y apoyándolo, tanta atención focalizada después del título de la etapa, y me alegro del éxito que tuvo porque todas esas privaciones no fueron obstáculo y al final sacó un logro superior al esperado. Un forastero que se aleja de su país para perseguir su sueño, una exceñente muestra de Coraje, qué gran ejemplo este Soler

La buena noticia es que solo tiene 24 años. Si para los próximos años logra tener buen equipo y buen respaldo, tendremos otra vez un gran ciclista a quien hacerle fuerza cuando su forastereo lo lleve de nuevo al Tour y a las demás carreras importantes. Tras el retiro de Amstrong, se preveía el surgimiento de nuevas figuras en el panorama mundial. Una de ellas es colombiana, y le seguiremos haciendo fuerza

domingo, 22 de julio de 2007

Celebrate Humanity - Coraje

10 segundos,
10 segundos para justificar mi existencia
Harold Abrahams, en "Carros de Fuego"
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Ya había hablado de la campaña Celebrate Humanity cuando mostré La caída de Hermann Meier, la exaltación a los GIGANTES, la apología a la SONRISA, La medalla de PLATA, la medalla de BRONCE y la celebración de los RIVALES. Allí decía que no encontraba aún todos los videos de la campaña en Youtube, o al menos no mis favoritos. Pues bien, un alma caritativa ha puesto otro de mis favoritos, pero una falla en el código embed no me permite mostrar el video directamente en el blog, por eso solamente les voy a pasar el vínculo para que puedan verlo desde la página de Youtube.

Este viene a ser el video de la celebración del coraje, la dignidad y el respeto por el propio esfuerzo. Los 20 segundos que dura la carrera de 200 metros pueden parecer poquísimo tiempo para una sola competencia, para tantas cámaras, tantos aplausos, tantos millones invertidos en esas zapatillas. 20 segundos pueden parecer muy pocos para que el atleta demuestre su coraje, compromiso, patriotismo y honor, para valorar objetivos, procedimientos, sacrificios y resultados. Son muy pocos, sí, pero hay que haber trabajado muchos años, días y horas, hay que haber sacrificado muchos placeres, diversiones y haraganerías, hay que haber llevado el cuerpo a niveles de dolor, fatiga y sufrimiento que a muchos parecen exabruptos, hay que haber caido muchas veces y levantarse otras tantas para poder estar allí dispuesto a justificar la existencia.

También a veces el forastero se ve enfrentado a malas noticias, obstáculos y piedras en el zapato, pueden ser tan triviales como un toque de medusa, o tan brutales como para que la sonrisa arrastre los pies, pero lo que es seguro es que serán muchos y nunca dejarán de llegar.

¿Qué hacer? ¿Cómo lograr que la sonrisa se ponga manos a la obra? Muchas veces el forastero no encuentra la manera de hacerle frente a tanto pesimismo que le ronda. En este video, el atleta favorito, el del carril 4, me muestra que no importa lo fuerte del pedradón, siempre se podrá tener el coraje de continuar y respetar el propio esfuerzo, de no valorar negativamente los sacrificios y decisiones que se tomaron. Me muestra que la dignidad se multiplica si a pesar de las malas noticias sabes que puedes dar todo lo que tienes, aunque todo lo que tengas sea la opción de cojear hasta la meta.

Ocurrió en Barcelona 92, El atleta se llama Derek Redmond, y aquí está el video de esa carrera, sin editar. Nótese que el comisario de pista por poco pasa a la historia como "el imbécil que casi daña una sublime muestra de amor paternal y un emotivo ejemplo de coraje".


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NARRADOR:
Strength is measured in pounds.
Speed is measured in seconds.
¿Courage? You can't measure the courage
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(EN ESPAÑOL)
La fuerza es medida en libras
la velocidad es medida en segundos
¿El coraje? No se puede medir el coraje

viernes, 20 de julio de 2007

Gen Forastero

Mi mayor sorpresa, desde luego, fue la primera visión de Riohacha, la ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos.
Gabriel García Marquez
Vivir para contarla
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En esta foto puede verse a don Aldemar a punto de salir de viaje un día cualquiera de la década del 40. Lo acompaña su hermano Diego (de corbata), quien iba al pueblo más cercano (Salamina - Caldas) para asistir a la Iglesia.

En este mes que me mantuve lejos del blog pude acercarme a mucha gente que llevaba tiempo sin ver. La mayor alegría fue verme con Aldemar (sin lugar a dudas, el ser humano que más me ha querido) y viajar a su lado para recorrer carreteras, lugares y poblados que tenían profundo significado en su historia y su memoria, pero de las que yo no sabía nada por haber tenido la idea de venir al mundo cuando él ya no era un forastero. Fue el viaje que, como diría nuestro Gabo, me llevó a conocer el lugar en donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos.


Escucharlo fue maravilloso. Hoy don Aldemar es un jovencito sonriente de gorra de paño (Ver foto) que se emociona recorriendo sus viejos lugares o contando apartes de la historia de la familia y los lugares exactos en los que sucedieron. Se le acelera el pulso mostrando por dónde caminaba cuando su forastereo lo llevaba a tal pueblo, recuerda a carcajadas los lugares donde nacieron los miembros de la familia (por alguna gracia que vino adjunta) y no se le nota en la voz el dolor de las malas noticias que alguna vez llegaron.

Muchos en la familia tuvieron que mudarse o viajar, pero de él es de quien heredé el gen forastero, y él lo heredo de sus abuelos, que abandonaron Antioquia para fundar un pueblo en medio de la nada, agarrado de las uñas a las montañas.

Don Aldemar desde sus 14 años comenzó a viajar por las empinadas montañas de Caldas llevando mulas de carga en caravanas que duraban varios días, luego recorriendo el país en camión, de andariego recogiendo café en tiempo de cosecha o pescador en tiempo de subienda, construyendo carreteras o de obrero en la ciudad. 20 años en esas lo llevaron a Manizales, donde finalmente se radicó y logró descansar de su forastereo en los 60

Recorrer esos lugares de Caldas, llegar a Salamina, seguir a San Félix o a Pácora, atravesar el páramo hacia Manzanares y Marulanda o los ríos hasta Aranzazu, La merced y Neira es bastante dificil hoy día, con buenas carreteras y buenos autos. no logro imaginarme cómo era en los días es que a lomo de mula era la única posibilidad. Hay que tener entrañas de forastero para haber vivido y viajado por esos lugares, explorado estas montañas y trabajado como lo hizo mi abuelo Aldemar, hay que saber largarse, conocer muchos keikes, haberse hartado, haber sentido que su destino pareciera regido por una moneda de tres caras, haber tenido una buena banda sonora de compañía, pero sobre todo saber regresar. Siempre va a ser esa la mejor noticia


El ocurro del año será sin duda este viaje con mi abuelo. Aprendí de mi ser forastero mucho más de lo que llevo escrito en este blog. Siempre será bueno regresar a su lado