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miércoles, 27 de abril de 2011

Radio Raíces Argentinas

Soy un amante del folklor argentino y varias veces he publicado en este blog entradas dedicadas a canciones o artistas de estos géneros. Mucha gente me pregunta cómo llegué a ser fanático de zambas, chacareras y milongas, y por eso me daré a la tarea de responder.

En el año 2002 pasé de emergencia una temporada en casa de mi madre. Allí estaban, olvidados por alguien y sin que nadie los escuchara, los tres discos de la colección Los años maravillosos de la canción social, y me dí a la tarea de reproducirlos varias veces al día.

Allí había un puñado de canciones que ya conocía desde mis años de estudiante en la Universidad, pero otras eran nuevas para mí. Entre esas nuevas, estaba una canción de Jorge Cafrune, Coplas del payador perseguido, que a decir verdad no me entusiasmó mucho.

Lo que sí me entusiasmó fue la biografía de Jorge Cafrune que venía al lado de la letra de la canción. Hablaba de una manera tan solemnte y agradecida de este artista que lo tuve muy presente para buscar su discografía en los almacenes. Obviamente, no encontré nada por ningún lado, en mi país si acaso se conoce a Los Visconti y Los Chalchaleros. Pare de contar

Tres años después me fui a vivir a Riohacha y conocí los programas para descargar música. Mis primeras búsquedas eran de canciones del referenciado Jorge Cafrune, pero gracias a que otros usuarios tenían allí otros álbumes, de otros artistas, en la misma carpeta de folklore, me animé a descargar canciones de Horacio Guarany, José Larralde y Alfredo Zitarrosa (que no es argentino, pero lo metí en el mismo costal), de quienes había escuchado el nombre pero no conocía canciones aún (Salvo "si se calla el cantor " de Horacio Guarany).

El impacto fue mayúsculo, y a partír de ahí no pude detenerme. No solo quise escuchar cuanta canción encontré, sino que me dediqué aescarbar información y a preguntarle a mis contactos argentinos por ellos (queda evidencia de ello en este tema del foro del aleph.com). Cuando comencé este blog, ya José Larralde era mi favorito, pero la interacción con lectores y otros contactos me llevaron a otros artistas que me recomendaban con mucho entusiasmo, como El Mono Villafañe, el Chaqueño Palavecino, Peteco Carabajal, los Chalchaleros, entre muchos otros.

Con ellos me quedé hasta este año, cuando felizmente Rafael Orsi me envía la invitación a escuchar Radio Raíces Argentinas. Una radio por internet, 24 horas dedicadas a difundir (como su nombre lo indica) música argentina. No solo folklore, también tango y rock. Gracias a esta radio pude ampliar un poco más mis conocimientos en el tema, que se habían quedado un poco estancados durante cuatro años, limitado a todo lo que pude descargar en Riohacha. Ahora conozco nuevos artistas, como Abel Pintos, Zamba Quipildor, Hernán Figueroa, o el genial narrador Luis Landriscina. Los invito a que escuchen esta radio, especialmente los programas especiales dedicados a determinados artistas, que se emiten a las 8:00 pm (Hora de Colombia).

Para escuchar el programa, solo hay que hacer click AQUI. Muchas gracias a Rafael Orsi por su trabajo y su voluntad, gracias por hacer crecer una comunidad virtual de admiradores de esta música, que él coordina desde su perfil de facebook.

domingo, 3 de abril de 2011

Homenaje a los amigos - Diana Uribe

Hoy está cumpliendo años mi hermano del alma realmente el amigo, Rafael Zapata. Nos conocimos en 1985 (Yo tenía ocho años), un día en que aprovechó para robarme cincuenta pesos y vanagloriarse de su astucia. Siempre se avergonzó de ese hecho delictivo y varias veces me ha confesado lo arrepentido que está.


Por otra parte, hace pocos días nació el segundo bebé de mon frere de mon coeur, Fabio Armando Pabón, a quien también conocí en 1985 y con quien hacíamos unos bien desafiantes concursos de memorización, que bién podían incluir las capitales del mundo, como las figuras del album de chocolatinas Jet. Fabio es sin duda la persona que más me ha hecho reír en mi vida.

Además, hace un par de semanas volví a jugar tenis de mesa con los otrora rivales, evidenciando no solo lo fuera de forma que estoy, sino también el enorme gusto que me da volver a ver a los amigos, especialmente a mi llave Edwin Alfonso, el mejor rival, partner de entrenamiento y coequipero que tuve en mis años de competencia (No hubiera logrado el nivel que logré sin su ayuda), y a Leopard Leonardo Rodríguez, otro gran amigo que me quedó de todos esos años dedicados al deporte.

Por si fuera poco, mi amiguita Cathrina ha regresado de los múltiples periplos que le hicieron darle la vuelta al mundo, y ha sido muy grato volverla a ver. No diré el año en que nos conocimos para no desbaratarle su plan de olvidar la edad que tiene (je je). De este selecto puñado, es quien tiene sus sueños y su rumbo más parecido a los míos.


La semana pasada visité a mi amigo Oswaldo Gamboa, sin lugar a dudas la persona que (excluyendo los aprendizajes académicos y familiares) más me ha enseñado en la vida. Cuando se tienen 17 años no es habitual tener amigos de 40, menos aún salidos de relaciones comerciales, y menos aún en el contexto de la peor crisis económica que sufrió el país en las últimas décadas. Y sin embargo ahí se consolidó esa amistad, y ahí sigue.

A mi amigo Henry El Negro de la Barrera hace meses no lo veo, pero no puedo dejarlo por fuera de este mensaje, en el que menciono a los mejores amigos que he tenido en mi vida y que, por fortuna y a pesar de separaciones que duran años, aún tengo, y aún celebran mis buenas noticias y se conduelen con mis malas noticias.

Pues bien, Diana Uribe dedicó su programa de la Historia del mundo del pasado 10 de enero a un Homenaje a los amigos a través de una serie de canciones, semejante a aquel Homenaje a los solitarios del que hablé AQUI. Naturalmente, cuando se habla de rendir homenaje a los amigos no se me ocurren otros nombres que aquellos que menciono hoy aquí. Muy afortunado y muy feliz he sido gracias a ellos. Ojalá esa fortuna me dure muchas décadas más. El programa de Diana Uribe lo pueden escuchar haciendo click en ESTE ENLACE

viernes, 30 de octubre de 2009

Asterix (y su pésima película)


Hace dos días, google cambió su logo para festejar el aniversario número 50 de Ásterix el galo, uno de los pocos comic que leo y releo con total deleite. Es un comic con un sentido del humor de amplio espectro: Elaborado y muy inteligente en algunos detalles (hay que saber de historia clásica o literatura para comprender algunos chistes) y también universal en muchos otros. Por eso es que lo pueden disfrutar niños y adultos por igual, y por eso es que cada vez que se le lee se le pueden encontrar nuevos detalles para disfrutarse, como a las películas de chaplin, como a los clásicos de la literatura.

Para mí, Ásterix es sin duda uno de los forasteros más divertidos que conozco. Es un forastero de los que piensa que el mejor lugar posible para estar es su propia Aldea, pero por diferentes razones se ve obligado a recorrer diversos países y en todos ellos lamenta estar tan lejos y trata de regresar cuanto antes. En esas aventuras, no falta algún romano al cual darle un buen porrazo o una buena región para explorar y conocer las costumbres locales. Creo que en este punto es donde aparecen los gags (perdón por el anglicismo) más graciosos.

Justo el día del aniversario, logré ver por TV Cable la película de Asterix y cleopatra, con Gerard Depardieu en el papel de Obelix. Yo no sé en qué pensaban los realizadores, pero para hacer una película justo escogen una historia hecha completamente para disfrutarse por escrito. Docenas de chistes, comentarios e imágenes graciosas se pierden por completo al verbalizarlas. Pongamos por ejemplo las tres imágenes que muestro (que una vez hicieron reir hasta el dolor a mi pelirroja): Inventar los jeroglíficos correspondientes a las onomatopeyas Glub glub glub o kikirikiiiii fue ingenioso, pero al momento de hacer la película se pierde esa gracia. Mejor hubieran adaptado otras historias que se ajustan mejor, como Asterix y los belgas, por ejemplo.
De todas maneras, me uno a la conmemoración de los 50 años de esta excelente idea e invito a conocer todos sus libros. En muchos de ellos no pararán de reir. Con respecto a la película, ignórenla por completo.

lunes, 5 de octubre de 2009

Mercedes Sosa

Si el cantor no se levanta
como la hoguera del fuego,
Si no libera las penas
de los que están en la tierra,
de nada sirve que suene
la voz de la chacarera
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Yo he traído a este blog a las grandes figuras del folklore Argentino, pero faltaba una estrella para completar la constelación, y era la figura de Mercedes Sosa. Yo la recuerdo en los primeros años de universidad, cuando conocí lo que aquí se llama "Canción Social" y sus canciones más sonadas eran "Si se calla el cantor", "me gustan los estudiantes" y "Gracias a la vida". Por esa época pensaba que "Alfonsina y el mar" era la canción más triste que existía y compré un album suyo sólo porque la incluía(y así conocí otras más de ella).

Años después, cuando gracias a Larralde, Guarany, Los chalchaleros y Cafrune andaba en el rollo de las zambas, chacareras y milongas, conocí su faceta de folklorista y me gustó más. Conocí incluso canciones en Guaraní (de las que no entendía un rábano), y chacareras y zambas con arreglos que hacían perder un poco el aire campesino de esos ritmos a cambio de un aire más contemporáneo, como si no se tratara de folklore, y de allí la confusión. "Alfonsina y el mar", por ejemplo, es una zamba y me vine a dar cuenta mucho tiempo después.

Las canciones que quiero compartir hoy son del album "Escondido de mi país". Muchas veces algún forastero ha encontrado empatía, compañía o consuelo en las canciones de Mercedes Sosa, uqe muy forastera fue debido al exilio en los años de la dictadura militar Argentina. Por ello este sencillo homenaje a quien tantas canciones ha cantado para acompañarnos en la travesía.

Nos va a hacer mucha falta su voz. Gracias por todo

La voz de la chacarera



Un pedazo de mi sangre

sábado, 4 de julio de 2009

Gracias por la Aventura

Gracias por la aventura,
ahora vé por más.
Ellie
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La imagen de Carl Fredericksen viejo, cansado, huraño, casi hastiado de todo, negándose a salir de la casa en la que ha vivido casi toda su vida puede no encajar con la etiqueta de forastero con la que marco a algunos personajes que traigo al blog. Sin embargo, el buen Carl hace una tremenda, deliciosa y rejuvenecedora travesía, con el más puro y explícito deleite por cada uno de los momentos y situaciones que pasan, sean adversas o felices, y por eso hoy quise hablar de él.

No me estoy refiriendo (como podría suponerse) a su travesía con los globos izando su casa y todo el periplo para regresar, ni al metafórico viaje interior que haya hecho para rejuvenecerse lo suficiente como para tener el impulso de perseguir un sueño y no parar hasta lograr alcanzarlo. La gran travesía no se muestra en la película: se trata de un recorrido de años por todos los laberintos y vericuetos que puedan caber en su casa, en la convivencia con Ellie, vagabundeando a su antojo y persiguiendo su sonrisa.

A veces un forastero puede pensar que un viaje de aventura tiene que ser estridente, extenuante, que se mide en miles de kilómetros, en miles de fotografías tomadas, en cicatrices, souvenirs, o cualquier otro indicador igualmente trivial, pero esta película muestra que no se necesita toda esa parafernalia para vivir el mejor viaje de aventuras. En mi caso, la aventura del Colono se nos ha puesto muy sabrosa, y hay montones de motivos para agradecerle a mi pelirroja por eso.

Recuerdo lo que dijo Eduardo Galeano en su relato El Camino de Jesús, cuando hablaba de Jesús Babío, un obrero que había recorrido cientos de poblados, ciudades y países:
Yo anduve muchos caminos (...) pero sepa usted, vaya sabiendo, que todo lo que hay para ver en el mundo, y en el alto cielo, pasa por ese caminito ahí.
Para Ellie, que siempre soñó con recorrer el mundo, visitar las cataratas y vivir cientos de aventuras, que dibujaba de niña los lugares que iba a conocer y que reservó las mejores páginas de su libro para todo lo bueno que iba a vivir, todo lo que valía la pena ver y vivir estaba en su casa, a su lado. Por eso su epígrafe de despedida es tan conmovedor (a mi juicio, la mejor parte de la película), y es el mismo que todos los días quiero decirle a mi pelirroja:

¡¡Gracias por la aventura!!

viernes, 18 de julio de 2008

Salta, Ya aparecerá el piso


Cuando comencé a escribir este blog tuve una grata compañera de travesía: Joha también comenzaba el suyo y solía pasarse por aquí a apoyarme en mis pataleos. Leerla era bastante grato, pero de repente decidió no publicar más y borrar su blog.

Ahora ha regresado, tiene un nuevo blog y está plein de joie llenándolo de sonrisas. Está de acuerdo con Calvin en que hace falta más efectos especiales y más números musicales. Sus propias palabras predicen que su blog va a ser un buen lugar para pasearse:
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Buscando una foto en las maleta, me encontré frente a frente con mis diarios, no pude resistir la tentación de leerlos pero hubiera preferido no hacerlo. ¡Hay tanta tristeza en esas páginas! no quiero seguir escribiendo dramas, ahora me seduce la comedia y la ciencia ficción.

Vamos a ver como me va

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Vamos a ver cómo te va, Joha.

domingo, 1 de junio de 2008

Santos Vega

Mis señas son las de tantos, sólo que visto de negro
y llevo el luto crecido en el facón y en el pelo.
Dicen que tengo unos ojos toldados que nunca llovieron
y que a gatitas se ven relampaguear cuando quiebro
la noche oscura y redonda del ala de mi chambergo.
De ahí que sólo en la mirada sepan que vengo de lejos
El Forastero - Osiris Rodriguez
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Dice Wikipedia que de Santos Vega no se conoce prácticamente nada, salvo la leyenda que lo inmortalizó. Sobre la leyenda se escribieron algunos poemas, que inspiraron la creación de una novela, que inspiraron la composición de otro poema (el más famoso) que inspiró un par de películas, una de ellas la de Larralde que me vi hace poco. Como quien dice, bastante lejos de la fuente original.

La leyenda de Santos Vega se parece un poco a la nuestra (colombiana) de Francisco el Hombre, porque también trata de un legendario trovador que no es derrotado por hombre alguno y que al final es retado por el mismísimo diablo a una competencia de trova. La diferencia es que el pobre Santos pierde el encuentro y eso le vale tener su alma en pena galopando por la pampa. Los gauchos se persignan al nombrar su nombre -aunque esto no aparece en la película, sí aparece en el poema:


Si entonces cruza a lo lejos,
galopando sobre el llano
solitario, algún paisano,
viendo al otro en los reflejos
de aquel abismo de espejos,
siente indecibles quebrantos,
y, alzando en vez de sus cantos
una oración de ternura,
al persignarse murmura:
¡El alma del viejo Santos!



Yo soy un declarado admirador de José Larralde y hace mucho que quería ver la única película que había hecho, cosa bastante difícil aún para los argentinos. Por fortuna, Carlos Quilmes Lopez se tomó la molestia de digitalizar el video y subirlo a youtube en diez partes y ahora puede verse sin problema.

Y bueno, no es una superproducción del cine mundial de todos los tiempos y es evidente el bajo presupuesto con que se rodó en 1971 y las pocas habilidades de algunos de los actores y camarógrafos, pero es un gusto ver "en vivo" a Don José cantando, ver la ambientación, los lugares en los que se desarrolla la trama: esa pampa tan dificil de imaginar para un colombiano de las montañas como yo. Algunas de las canciones suenan mejor o tienen más sentido cuando de telón de fondo tienen un paisaje como esos. Se me ocurre, por ejemplo, que Como yo lo siento tiene más sentido en esos lugares (por ejemplo, en el ranchito del viejo que lo saluda de un abrazo y lo recuerda desde niño) que como yo lo imaginaba: con un campito escarpado y perdido en las montañas:

Mi campo conserva cosas guardadas en su silencio
que yo gané campo afuera, que yo perdí tiempo adentro.
No venga a tasarme el campo con ojos de forastero
porque no es como aparenta sino como yo lo siento


La inmensidad de la pampa acentúa la soledad del gaucho (al menos en las montañas no es tan evidente que estes en medio de la nada) y eso va más acorde a la mayoría de las letras de don José. Ahora es fácil entender el aire melancólico de sus canciones y las referencias que hace a la gauchada. En algunos fragmentos me pareció que se ajustaba mucho a la letra de El Forastero, especialmente al comienzo de la película, cuando súbitamente se aparece en la taberna de don Carmona y lo reta a cantar unas payadas, que podría ser ambientada las líneas que muestro hoy como epígrafe.

Santos Vega es un Gaucho por excelencia, los demás le envidian y le temen. Unos lo consideran un héroe a seguir y otros un villano a eliminar. El es de su pampa y defiende a su gauchada, pero la persecución por parte de las autoridades y el impedimento de estar con Su Petrona lo vuelven un forastero en su propia tierra y tiene que andar escondido y a la defensiva. La inseparable guitarra es muchas veces su única compañia y finalmente será la que lo vuelva leyenda.

A veces los forasteros encontramos joyas como esta, que sin ser superproducciones de alto presupuesto logra hacernos sentir la suficiente simpatía por los personajes que se apropian de un espacio especial en nosotros. Ojalá a ustedes les pase lo msmo, aquí están los vínculos para verla:


Poema Completo (Rafael Obligado)


PELICULA

sábado, 3 de mayo de 2008

Into The Wild

No soy de aqui ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad
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Desde que escribí sobre Dersú Uzala no había vuelto a ver una película que en verdad me tocara en el punto preciso para motivarme a escribir en el blog, pero este fin de semana tuve la suerte de ver Into the Wild y no puedo dejarla pasar sin hablar de ella.

La canción de Facundo Cabral hubiera ambientado muy bien esta historia de desapego y de encuentro de bienestar y felicidad en cosas pequeñas. También es evidente que no es un sentimiento de misantropismo el que lo lleva a hartarse de todo y largarse de una vez, porque en el camino logra hacer vínculos muy valiosos con toda clase de personas. Su travesía siempre está motivada por la necesidad de buscar la propia raíz de la felicidad que busca, parece en todo momento que Ser feliz es su color de identidad y que se deleita cantando que no soy de aquí ni soy de allá.


Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo por qué y por qué
la rosa de los vientos me ha de ayudar
y desde ahora váis a verme vagabundear


Esta canción también hubiera podido ambientar algunas escenas, especialmente en las partes en las que hace referencia a las cosas que lo hartaron en su momento hasta que ya no lo soportó. Christopher un día simplemente se hartó y punto. Arrancó de una vez su forastereo y rompió con cualquier lazo que lo atara a su pasado. En el camino encontró keikes y solventes no acuosos que lo supieron acompañar, de unos y otros aprendió mucho y ellos le permitieron fortalecer aún más esa voluntad que ya era irreductible. Sobresale siempre que su carácter jovial no está nunca en contravía con su absoluto desapego, la manera en que empatiza con otros no compromete su deseo de marcharse a seguir lo que desde hace tiempo sabe que busca. Su desapego no es ingratitud, y es una fortuna que otros lo comprendan. Cuando se separa de alguien parece como si cantara: Es hermoso partir sin decir adios, pero soy palomo torcaz, dejadme en paz.


No pregunten de'onde soy,
vengo del tiempo aparcero,
y ni los mismos senderos
Comprenden pa’ donde voy.
José Larralde


Hacer una travesía como ésta que hizo Christopher es un pastel de tentación para un forastero, y si bien no siempre se consiguen las agallas para llevarla a cabo, siempre se consigue hacer una travesía semejante en le interior de cada uno. Un viaje de años en el cual se rompen lazos añejos obsoletos y se crean otros nuevos bajo nuevas condiciones, un viaje de reflexión para tomar conciencia de los motivos de la travesía y de los objetivos que se persiguen. Súmale a eso paisajes exóticos y obstáculos tremendos de esos que solo son capaces de sortear los gigantes y verás que lo que logras va a tener más sabor y sentido que si te lo hubieran enseñado sin dolor, aunque pueda parecer que lo aprendes demasiado tarde.

Las décimas de Jacinto Luna hubieran ambientado aquellas partes de la película en las que mostraban las relfexiones de su familia después de la desaparición de Christopher. La incomprenisón de los motivos, los procedimientos y las decisiones de un muchacho al que no le faltaba nada para tener éxito en la vida. También hubieran ambientado los momentos en los que la suerte fue adversa y hay que comprender que no queda más remedio que aceptarla, porque la otra opción (dejar de ser Forastero) no vale la pena considerarla Siquiera.

Christopher alcanza su meta a un precio muy alto, a veces parece que no pudiera aguantar o que con el mayor de los gustos se hubiera arrepentido. Sin embargo en el final logra firmar un empate: Deja constancia de haber sido muy feliz aunque en muchas partes haya querido cantar que me han echao en el fogón ramitas de mataojo

sábado, 10 de noviembre de 2007

James Braddock (Cinderella Man)


La realidad siempre supera a la imaginación (y que lo digamos nosotros, los que vivimos en Macondo) y eso es quizá la razón por la cual la película Cinderella Man NO es simplemente una recurrente serie de clichés, situaciones predecibles y sin ninguna sorpresa o expectativa, o una más de esas películas de boxeadores y luchadores cortadas con la misma tijera y con actores del corte Jean Claude Van Damme o Steven Seagal.

Si me hubieran dicho "Vamos a ver una película sobre un boxeador", rápidamente habría previsto la trama: Tome un muchacho pobre de buen corazón que lucha para salir adelante y vencer las dificultades y a quien de repente se le aparece la oportunidad de pelear por el campeonato mundial (o alguna gloria menor) contra el peleador más malo y despiadado que ha dado la historia. Al final gana contra todos los pronósticos, no sin antes sentirse al borde de la derrota o de la muerte y verse insprado por las palabras y las lágrimas de su hermanita menor, sus hijos, su novia, etc. También hace parte de este chasís el entrenador-maestro y alguna situación política, económica, disciplinaria o criminal que arrincone al héroe contra las cuerdas. Añada tres o cuatro personajes estereotipo más (El magnate de las luchas, el amigo que no pelea, dos o tres víctimas anteriores del malévolo rival...), Decore con una escena de sexo o una escena sensiblera y llorona (según su preferencia), cocine durante 100-120 minutos y sirva ese bodrio que alguien se lo tragará.

Efectivamente, todas esos ingredientes están presentes en la Película Cinderella Man, y sin embargo no quedé con la sensación de haberme aburrido por un guión predecible porque, precisamente, es una historia real, y cuando es real los clichés dejan de serlo. Al comienzo de la película se cita un comentario que dice No existe en toda la historia del boxeo una biografía tan inspiradora y emotiva como la de James J. Braddock, y esta aclaración nos borra el prejuicio aquel que me hizo escribir el segundo Párrafo.

Cuando uno busca un poco más, se da cuenta de que James Braddock es una de las grandes leyendas del boxeo mundial (Aqui nunca ha habido la afición fervorosa de los EEUU), tiene su Sitio Oficial en el que puede verse la documentación gráfica, las estadísticas y una biografía más amplaida que lo que muestra la película. James Braddock es, efectivamente, el muchacho pobre que busca salir adelante con el boxeo en medio de los años duros de la gran depresión. Parece como si súbitamente fuera un forastero de los que no encaja en la nueva realidad económica y por ello se ve obligado a estibar en los muelles, a pelear lesionado, a solicitar ayuda oficial. Pero además es un Gigante de esos que ya hablé una vez, alguien que sabe levantarse de sus numerosas caídas y que tuvo todo el tiempo colosales muestras de Coraje. Su nombre merece estar al lado de Jesse Owens, Abebe Bikila y los demás héroes deportivos que inspiran con su determinación a la humanidad entera.

Inspiradora, por ejemplo, para los miles de desempleados de los años 30 que ven cómo alguien resurge del olvido para triunfar, justamente como sueñan que suceda en ellos mismos y en toda la nación. Inspiradora para muchos boxeadores que vinieron luego y para deportistas de tras disciplinas. Inspiradora para todos los que se volvieron forasteros contra su voluntad y luchan por dejar de serlo. Al final, con el título en la mano, los años duros se ven solamente como un condimento que le da mejor sabor a la victoria.



sábado, 29 de septiembre de 2007

Barry Farber

Cuando aprendes un nuevo idioma, eres aceptado como voluntario de honor en la cultura de otras personas.
Barry Farber
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No sabría decir, al igual que en el cuento del huevo y la gallina, qué es lo que viene primero: El ser forastero o el gusto por los idiomas.

Otra de los motivos por los que muchos nos miran de manera sospechosa y se hacen señas con otros como queriendo decir "y esté tipo qué?" es esa cosquillita que tenemos dentro y que nos llena toda la cara de sonrisas cuando pensamos en la delicia de aprender otro idioma, aunque muchas veces se quede en pura fantasía.

Pero no es culpa nuestra sentirnos como Tarzán en Manhattan solo porque sonreimos al suponer que podríamos hablar Húngaro, Eslovako, Swahili, Yoruba, Urdu, Tagalog o Arhuako y divertirnos con ello. Si no encontramos eco a nuestro sueño es porque demasiadas personas andan por ahí soñando con rumba, carros, joyas, matrimonios, bebés, liposucciones, hoteles cinco estrellas con meseros de corbatín, por referirnos solo a los sueños que impliquen esfuerzos a largo plazo para cumplirse.

También influye el hecho de vivir en Colombia, en el centro mismo de Latinoamerica, pues la mayoría de las personas no necesita saber más que español para decir sus pendejadas habituales pues se encuentran bastante lejos de las fronteras lingüísticas relevantes más próximas, y resalto relevantes porque muchos consideran que las docenas de lenguas indígenas que se hablan aqui no representan ningún tipo de capital cultural, sino más bien un estorbo que les impide a ellos (los indígenas) civilizarse. Una de las opiniones más detestables y tontas posibles, no por ello escasa. La escucho por aquí con bastante frecuencia.

Por fortuna, como pepita de oro entre el montón de piedras aparece uno que otro forastero deschavetado que se apasiona con los idiomas y es capaz de contagiar esa pasión, y entonces aprendemos las ventajas y las delicias de hablar otro idioma y que el asunto no es raro, que los políglotas no son predestinados por los astros, ni tocados por ángeles ni hicieron pactos con el diablo para serlo. Simplemente son personas que se sentaron juiciosas a Estudiar, que superaron las dificultades propias de la primera "segunda lengua" y siguieron adelante con muchas más

El Amigo Barry Farber es uno de esos forasteros que son capaces de contagiar la pasión que les hace hervir la sangre y ponerse tanta sonrisa en la cara que se le derrama por los lados. Es a mi juicio un perfectóglota cuyo amor por los idiomas lo condensó en un libro con título bastante sugestivo: How to Learn Any Language - Quickly, Easily, Inexpensively, Enjoyably and On Your Own, que ya había mencionado cuando hablé del método PIMSLEUR y al que le dedico esta entrada del blog.

En ese libro, el buen Barry cuenta la historia de su relación de enamoramiento con los idiomas (en unos casos es Matrimonio, en otros es noviazgo, en otros unas cauntas citas), cuenta la manera como aprendió la mayoría de ellos, las motivaciones que en su momento tuvo, pero lo más importante cuenta cómo aprendería idiomas hoy si pudiera comenzar otra vez desde cero.

En el asunto de las motivaciones, que es el que verdadera mente marca la diferencia entre quienes compran los cursos de inglés para adornar su pared y los que realmente se deleitan con las mieles de ser angloparlante, Barry habla así de algunas que tuvo:

Mis motivos para aprender varios idiomas están en un intervalo entre Suerte y energía juvenil (Noruego), necesitar una herramienta vital en mi trabajo (Español), ayudar a refugiados (Húngaro), para tener alguna cita con una mujer como las que me gusta (Sueco) y probar que yo no fui un idiota por casi perder latín. (Chino)

Para un forastero, nada tan atractivo como hablar el mayor número de idiomas posible. Va un poco de la mano con las ganas de viajar por todo el mundo, pero como puede viajarse sin saber un rábano de otro idioma (y aprender idiomas para nunca salir del pais) muchos descartan a priori la posibilidad de comerse estos dos postrecitos al tiempo. Pero a nosotros, esta posibilidad se presenta como una relevante escalada de posiciones camino al nirvana.

Muchas gracias al amigo Barry Farber, por contagiarnos esa pasión. Según sus propios cálculos, yo podré hablar 25 idiomas a una edad menor que la que él tenía cuando lo consiguió

domingo, 16 de septiembre de 2007

Dia de la Marmota

Todo dia ela faz tudo sempre igual
Me sacode às seis horas da manhã

Me sorri um sorriso pontual

E me beija com a boca de hortelã
Quotidiano - Chico
Buarque
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Esta canción de Chico Buarque pareciera evocar sonrisas y sensacione de plenitud, pero el ritmo monótono (totalmente intencional) hace que nos empiece a dar lástima el pobre hombre, para quien Todo dia ela faz tudo sempre igual, y ya debe estar más aburrido que Teseo, condenado a quedarse sentado en el infierno.

Eso le pasa al pobre Phil, el reportero del tiempo que viaja a Punxsutawney a cubrir la noticia -para él- más tonta del año: El anuncio de si el invierno continuará o no, según el comportamiento de una marmota que, curiosamente, se llama igual que él: Phil. Ese dia está lleno de metidas de pata, detalles molestos, encuentros fastidiosos, conversaciones frustrantes y toda suerte de pequeñas decepciones que hacen de ese día el peor imaginable. Resulta por completo un forastero de los que no encaja, de los que no le interesa esforzarse por encajar, de los que quiere largarse cuanto antes a su lugar.

Pero el día aún no es lo suficientemente detestable. Inexplicablemente ese día se repetirá y repetirá indefinidamente, sin poder hacer nada al respecto para evitar la sucesión de desconsoladores hechos que lo vuelven loco. No vale evitarlos, ni enfrentarlos, ni vencerlos, ni siquiera vale mandar todo al diablo y suicidarse porque comenzará de nuevo: El fatídico reloj marcará las 6:00, Phil despertará y será otra vez el día de la marmota.

A veces el forastero se ha sentido como el pobre Phil, no solo por no poder (ni desear) encajar, sino poruqe pareciera víctima de un conjuro parecido que no lo deja escapar de la seguidilla de malas noticias que siempre lo obligan a comenzar desde el principio y lo ponen a vivir su propio día de la marmota. Ocurrió con la maldita tesis, ocurrió con las ganas de regresar, con las ganas de largarse.

Es que esta es la parte que desconsuela. Se parece un poco a lo que dije acerca del mito de Sísifo, porque siempre se tiene conciencia de las malas noticias que ahí estarán esperando, y si seguimos haciendo lo mismo, deseando lo mismo o esperando lo mismo bien pronto vendrá el desconsuelo.

Phil al final cambia por completo de comportamiento y eso resulta siendo la clave para escapar del hechizo: Cambiar, hacer lo que en un comienzo se hacía impensable, renunciar a ser y comportarse como uno quisiera, a desear las mismas cosas que ya se sabe que no se van a obtener, a decir y hacer lo mismo a la espera de resultados diferentes. Si sigues en las mismas seguirás viviendo tu eterno día de la marmota

sábado, 1 de septiembre de 2007

Jamaica bajo Cero (Cool Running)

Una medalla olímpica es algo maravilloso. Pero si no eres capaz de ser grande sin ella, tampoco lo serás con ella
Irv Blitzer - Cool Runnings
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Pocas metáforas dirían en sólo algunas palabras lo que significa ser un forastero que lucha por encajar, y ésta de pensar en atletas de un país tropical participando en los juegos olímpicos de invierno es una de ellas. Suena bastante graciosa la idea, y por eso quizá la película que cuenta esa historia se clasifica como comedia. Aqui pueden escuchar una de las canciones de la banda sonora (Soundtrack)

La película cuenta cómo un grupo de atletas jamaiquinos se preparó para representar a su país en las olimpiadas de invierno en Calgary 88 en la prueba de Bobsleigh. Son entrenados por un ex atleta que se había ido a vivir como paria al país caribeño tras ser descalificado por tramposo y que ve en ellos unos potenciales campeones debido a su biotipo de velocista (Jamaica es potencia mundial de velocistas de 100 y 200 m).

Aunque todos los personajes y sus historias particulares son ficticios, la película está basada en algunos hechos reales, pues ciertamente jamaica participó en Bobsleigh en Calgary 88, y los resultados finales fueron semejantes a los mostrados en la película, incluido la volcada en la prueba final. La historia real pueden leerla en inglés aqui, el sitio oficial del equipo es éste.

La película muestra a un grupo de jóvenes que persiguen su sueño con una fe envidiable a pesar de la evidente desventaja de ser unos completos novatos frente a campeones mundiales, el escepticismo de todos (en ocasiones de ellos mismos) y la manera casi circense en la que los demás ven su participación. Tienen en su carne el espíritu deportivo que les permite perseverar a pesar de las caidas y los primeros resultados (como ya habíamos visto aqui y aqui) y gracias a ello es que, finalmente, se ganan el respeto internacional, regresan como héroes a su país, y logran ser grandes sin las medallas.

A veces el forastero siente que la única puerta que le queda es bastante estrecha, que no es la que creía suya o lo conduce a un lugar que no quisiera visitar. A veces el forastero se desanima ante esta situación de bailar con la más fea o de no encajar en donde se encuentra de repente. Estos atletas experimentan todo esto que suele desanimar, y logran volverlo combustible para su maquinaria

La película no pretende que el espectador saboree y se nutra con moralejas, sin embargo no está exenta de algunas buenas enseñanzas, como el epígrafe de esta entrada, dicho por el entrenador a uno de los atletas cuando decaía su fe, es una excelente bofetada para quienes consideran la trampa como una buena vía para ganar, o toda la reflexión acerca de mantener la propia identidad a la hora de competir, de defender y recordar lo que somos y de dónde somos porque eso es lo que nos mueve el corazón para que dar el 100%

No es una de las grandes producciones del cine mundial de todos los tiempos, pero siempre será agradable ver cómo los forasteros luchan por encajar y al final lo consiguen. Si además hace reir y enaltece el ideal de juego limpio y de hermandad que debeía reinar en el deporte, miel sobre hojuelas. Véanla

martes, 28 de agosto de 2007

Huckleberry Finn

Esta Imagen es la portada del libro de Las aventuras de Huckleberry Finn que leí hace años. Cuando estaba buscando las imágenes para esta entrada del blog pensaba en una de la serie de televisión de dibujos animados porque quizá es la que más interiorizada tenemos de este holgazán supremo. Sin embargo me emocionó mucho encontrar esta porque hoy quiero hablar del personaje del libro, no del personaje de la serie de televisión, y no porque sean muy diferentes (En la serie estaba bastante bien caracterizado) sino porque los hechos ocurren mucho después de las aventuras televisadas. Pocos libros me han hecho reir tanto como este, y lo recomiendo a ojo cerrado.

De todas maneras voy a recrear aquí la imagen que aprendimos a querer: la del pillo descalzo de sombrero roto gris con voz un poco áspera, overol sucio y mechones sobre la cara, porque es a éste Huck al que aprendimos a envidiar por su vida despreocupada, su holgazanería, su disposición a la aventura, su desescolarización, su independencia y, en resumen, todos los secretos que permite conocer el vivir en una casa en el árbol (Click Aqui para ver un video).

Este Huck se ve de repente entre dos opciones que no disfruta: O se convierte en un señorito educado que va a la iglesia al lado de la viuda Douglas o vive con su padre alcohólico que lo maltrata y quiere beberse su fortuna. Por eso decide escaparse y se encuentra con Jim, el esclavo negro que ha huido y que quiere trabajar para pagar su libertad. Huck hace aquí unas reflexiones muy sensatas, porque sabe que está pecando por ayudar al negro fugitivo, y que irá al infierno por eso, pero su corazón le dice que lo proteja y huyen juntos.

Aquí es donde realmente comienza lo bueno, cuando se vuelven unos forasteros que se las deben arreglar con el mundo desconocido que se les viene encima. La travesía de los dos los lleva Misissipi abajo en una aventura que los llevará a convivir con un par de estafadores (el duque y el Rey, que terminan siendo capturados gracias a Huck), con una familia que tiene guerra cazada con unos vecinos (y a la que al final asesinan) y con unos repentinos familiares de un conocido que le quitan el peso de encima de tener que seguirse escondiendo.

En este punto aparecen las páginas más divertidas, hilarantes y jocosas del libro. La manera en que planean la liberación de Jim es para desternillarse de la risa. El final llega con una pequeña sorpresa, pero uno lamenta que el libro tenga 200 páginas, en lugar de 2000 o 5000. Se leerían con igual gusto. Lo mejor del libro, quizá, la escena de la balsa en la niebla, Jim nos enseña una muy buena manera de descifrar los sueños

Huck es un forastero que se hace querer muy fácilmente. Un forastero que no encaja en el mundo que de repente le toca en suerte (es un amante absoluto de la libertad) y prefiere huir a la deriva, a lo que el azar quiera, vagabundeando sin mayor preocupación, aunque su situación sea tremendamente preocupante (viaja con un negro fugitivo por los estados pro-esclavitud) y la mayoría de las veces tampoco encaje en lo que va descubriendo. Mucho tiene para enseñar, compartir y hacer reir. Huck tiene un gran corazón, este forasterito los acompañará muy gratamente cuando se decidan leerlo

domingo, 29 de julio de 2007

Juan Mauricio Soler

El ocurro de la semana fue sin duda la victoria de Mauricio Soler en la clasificación de la montaña del Tour de Francia, algo que venía siendo esquivo los últimos años, aunque las ganas fueran muchas y los pronósticos favorables. Colombia siempre se enorgullece de sus ciclistas escaladores, pero triunfar en la montaña del tour sólo había sido posible para las dos grandes figuras ciclísticas (Lucho Herrera y el Santi Botero) y solo en tres de los 24 años que se ha intentado

El triunfo tiene varios añadidos que le aumentan su relevancia, como el pertenecer a un equipo de los más pequeños, sin gregarios de peso, la inexperiencia de ser su primer tour (Tanto para él como para su equipo) y tener como rival directo al mejor escalador del momento: Michael Rasmussen. Con el repentino e inesperado éxito (Hace tres semanas nadie conocía a Soler) los periodistas aprovecharon para las habituales visitas a la familia con sus preguntas tontas, triviales, baladís y predecibles. Muchos de ellos ni siquiera sabrían que existe un pueblo llamado Ramiriquí, y allá fueron a preguntarle a su familia cómo se sentía y a resaltar algún detalle irrelevante y macondiano.

Al ver a su familia, amigos, compañeros de entrenamiento y el entorno en el que debió crecer Soler, me imagino la sensación de Forastero que puede sentir al recorrer Europa en su Bicicleta sin entender el idioma de los que lo rodean, con comida extraña, clima extraño, entorno extraño, lejos de su familia y su país, sin un amigo cercano para contarle lo bonito que es Europa o el calor tan hijuemadre que está haciendo, con tantos ojos viéndolo y apoyándolo, tanta atención focalizada después del título de la etapa, y me alegro del éxito que tuvo porque todas esas privaciones no fueron obstáculo y al final sacó un logro superior al esperado. Un forastero que se aleja de su país para perseguir su sueño, una exceñente muestra de Coraje, qué gran ejemplo este Soler

La buena noticia es que solo tiene 24 años. Si para los próximos años logra tener buen equipo y buen respaldo, tendremos otra vez un gran ciclista a quien hacerle fuerza cuando su forastereo lo lleve de nuevo al Tour y a las demás carreras importantes. Tras el retiro de Amstrong, se preveía el surgimiento de nuevas figuras en el panorama mundial. Una de ellas es colombiana, y le seguiremos haciendo fuerza

viernes, 20 de julio de 2007

Gen Forastero

Mi mayor sorpresa, desde luego, fue la primera visión de Riohacha, la ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos.
Gabriel García Marquez
Vivir para contarla
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En esta foto puede verse a don Aldemar a punto de salir de viaje un día cualquiera de la década del 40. Lo acompaña su hermano Diego (de corbata), quien iba al pueblo más cercano (Salamina - Caldas) para asistir a la Iglesia.

En este mes que me mantuve lejos del blog pude acercarme a mucha gente que llevaba tiempo sin ver. La mayor alegría fue verme con Aldemar (sin lugar a dudas, el ser humano que más me ha querido) y viajar a su lado para recorrer carreteras, lugares y poblados que tenían profundo significado en su historia y su memoria, pero de las que yo no sabía nada por haber tenido la idea de venir al mundo cuando él ya no era un forastero. Fue el viaje que, como diría nuestro Gabo, me llevó a conocer el lugar en donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos.


Escucharlo fue maravilloso. Hoy don Aldemar es un jovencito sonriente de gorra de paño (Ver foto) que se emociona recorriendo sus viejos lugares o contando apartes de la historia de la familia y los lugares exactos en los que sucedieron. Se le acelera el pulso mostrando por dónde caminaba cuando su forastereo lo llevaba a tal pueblo, recuerda a carcajadas los lugares donde nacieron los miembros de la familia (por alguna gracia que vino adjunta) y no se le nota en la voz el dolor de las malas noticias que alguna vez llegaron.

Muchos en la familia tuvieron que mudarse o viajar, pero de él es de quien heredé el gen forastero, y él lo heredo de sus abuelos, que abandonaron Antioquia para fundar un pueblo en medio de la nada, agarrado de las uñas a las montañas.

Don Aldemar desde sus 14 años comenzó a viajar por las empinadas montañas de Caldas llevando mulas de carga en caravanas que duraban varios días, luego recorriendo el país en camión, de andariego recogiendo café en tiempo de cosecha o pescador en tiempo de subienda, construyendo carreteras o de obrero en la ciudad. 20 años en esas lo llevaron a Manizales, donde finalmente se radicó y logró descansar de su forastereo en los 60

Recorrer esos lugares de Caldas, llegar a Salamina, seguir a San Félix o a Pácora, atravesar el páramo hacia Manzanares y Marulanda o los ríos hasta Aranzazu, La merced y Neira es bastante dificil hoy día, con buenas carreteras y buenos autos. no logro imaginarme cómo era en los días es que a lomo de mula era la única posibilidad. Hay que tener entrañas de forastero para haber vivido y viajado por esos lugares, explorado estas montañas y trabajado como lo hizo mi abuelo Aldemar, hay que saber largarse, conocer muchos keikes, haberse hartado, haber sentido que su destino pareciera regido por una moneda de tres caras, haber tenido una buena banda sonora de compañía, pero sobre todo saber regresar. Siempre va a ser esa la mejor noticia


El ocurro del año será sin duda este viaje con mi abuelo. Aprendí de mi ser forastero mucho más de lo que llevo escrito en este blog. Siempre será bueno regresar a su lado

martes, 29 de mayo de 2007

José Larralde


Una mujer cantó. Desgarró la noche con la voz más bella que yo haya escuchado jamás. La voz más bella, la más dolida: clavada en el negro fulgor del empedrado, esa mujer cantó el alarido de todos los solos del mundo.

La Voz, Eduardo Galeano


Eduardo Galeano cuenta su encuentro con esta mujer de Praga, en una esquina de la calle Celetná. Dice que era paralítica, dice que se calló muy pronto cuando unos muchachos se burlaron, pero no dice qué cantaba la mujer, qué canción, qué palabras, o qué ritmo.

A mí también me pasó: Una vez, hace dos años, alguien Desgarró la noche con la voz más bella que yo haya escuchado jamás. La voz más bella, la más dolida: clavada en el negro fulgor del empedrado, esa voz cantó el alarido de todos los solos del mundo, y fue la voz de don José Larralde.

Desde entonces no he parado de escuchar esa voz, que no solo canta el alarido de todos los solos del mundo, ni su clamor y su desconsuelo, sino también su silencio, su forastereo. sus ganas de callar y de que nadie perturbe esas ganas de que la sonrisa arrastre los pies. Después de conocerlo, todo forastero mantendrá con gusto en su boca una canción de José Larralde y se sentirá acompañado cuando lo haga .

Les dejo sus palabras introductorias a su último álbum: A las once menos cuarto. De verdad que dan ganas de cebarse unos mates y sentarse a escucharlo


Siempre pensé, que a medida que pasaran los años, el hombre (o al menos yo) llegaría a dominar y manejar los sentimientos y los estados de ánimo de cada día, de cada hora, de cada minuto de la vida.

Siempre creí que el hombre madura a medida que va pudiendo controlar sus emociones y la mente era el gran director de esa compleja orquesta que es un todo, desde los pelos hasta las uñas de los pies.

Hoy, a mi edad, reconozco que no lo logré, y sigo obedeciendo los requerimientos de todos y cada uno de mis órganos: mi corazón, mis tripas, mis riñones y a todas las sensaciones que me producen, hasta el más enclenque de mis glóbulos, en una palabra, soy un esclavo de mí mismo, y lo peor es que no me puedo sustraer, aún negándome, a tal dictamen.

Quizá sea, porque soy el producto de un tiempo que no pasa, pero que obligadamente yo, paso por él, desconcertado a veces, lastimado y lamiendo mis heridas, las viejas y las nuevas, las heridas que la vida pone en la vereda de enfrente y uno, inexorablemente cruza la calle del "son mías" y cuando ya no tiene en el cuerpo y el alma donde ponerlas, las mete en los bolsillos por "si mañana me quedo sin ninguna".

Eso soy, creo que eso soy, simplemente un "coso" acostumbrado a estas cosas. Creo que algunas están en estas canciones. Gracias

JOSE LARRALDE

Algunas no, Muchas de "estas cosas" están en sus canciones. Don José Larralde será un invitado frecuente por aquí. Ya ha venido a mostrarnos sus Décimas de Jacinto Luna, su Como yo lo siento, su Colono y su Forastero. Pronto vendrá con muchas más

Gracias a usted, Don José.
Aqui, el grupo Facebook de Fanáticos de José Larralde

miércoles, 23 de mayo de 2007

El Principito

Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno) estarás contento de haberme conocido. Serás mi amigo y tendrás ganas de reír conmigo. Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. Tú les explicarás: "Las estrellas me hacen reír siempre". Ellos te creerán loco. Y yo te habré jugado una mala pasada...

El Principito, Capítulo XXVI


Todo el contenido de esta maravillosa obra podría usarse para tratar de explicar muchos aspectos del ser forastero. El libro entero está lleno de experiencias, reflexiones y anécdotas de quienes se van, quienes esperan, quienes quieren regresar, quienes se arrepienten de haberse ido. El principito llega a ser un forastero de los que se larga, de los que no encaja, de los que se arrepienten de haber partido, en muchos casos reniega de ser uno, pero siempre logra comportarse y tomar decisiones consecuentemente a su sino forastero.

Mucho podría hablarse de cada aspecto, pero hoy quiero hablar solo de lo que me pone a pensar la cita que menciono arriba: El principito trata de decirle a su amigo piloto que no se ponga triste por la separación, que hay mucho para celebrar y no valdría la pena ponerse triste, que al final logrará consolarse y el recuerdo de lo vivido bastará para hacerlo feliz.

Para muchos, hablar de esta manera puede provocar irritación ante tanto cinismo y desparpajo: Decir sin pudor que se irán de tu lado tras haberte domesticado, sin importar la falta que puedas hacer y asegurar que te vas a consolar sin sugerir siquiera cómo, y acentuando que para ése forastero el asunto de separarse y consolarse es muy fácil y que tú deberías hacer lo mismo y seguir su ejemplo puede parecer el colmo de la falta de empatía por el dolor de la separación. Por fortuna el piloto comprendió: No entorpecer los planes del principito fue la mejor manera de respetar el afecto que le tenía, que era enorme según puede leerse:

Me quedé de nuevo helado por un sentimiento de algo irreparable. Comprendí que no podía soportar la idea de no volver a oír nunca más su risa. Era para mí como una fuente en el desierto

Qué bueno que el piloto también entiende que la separación no significa traición, ni fraude, ni farsa, ni deslealtad. Igual lo comprendió el zorro, que antes de ser domesticado sabía que el principito no iba a quedarse para siempre, y que podía consolarse por el color del trigo. Algunos verán arrogancia en la actitud del principito cuando le dice al zorro:

-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...


Pero no es arrogancia, ni prepotencia, ni desprecio por los bonitos sentimientos ajenos. Es solo que, para el principito, domesticar no significa atarse (Qué bueno que el zorro lo entendió). El Piloto también lo entendió, por eso, y muy a pesar de desear que el principito no se fuera, decide respetar sus decisiones

-Esta noche ¿sabes? no vengas...
-No te dejaré.
-Pareceré enfermo... Parecerá un poco que me muero... es así. ¡No vale la pena que vengas a ver eso...!
-No te dejaré.

Muy parecido a la decisión de Dersú y del capitán, en la anterior entrada de este blog. Mal hubieran hecho en retener a los forasteros.

Hace falta más zorros, más pilotos, más capitanes exploradores

sábado, 12 de mayo de 2007

Dersu Uzala


Hace tiempo quería hablar de algunos forasteros que la literatura, la música o el cine me permiten conocer. Los traeré con regularidad siempre que se pueda. Anoche conocí a Dersú, un cazador de la taiga siberiana que por casualidad resulta sirviendo de guía a un grupo de exploradores militares.

Quizá sea raro pensar en Dersú como un forastero si nunca salió de la taiga, pero andar viajando no es la única manera de ser Uno. Dersú conoce la taiga mejor que nadie, conoce sus habitantes, caminos y secretos, y sabe leer la historia que cuentan las huellas del camino. Su vejez y su incipiente ceguera lo obligan a aceptar la hospitalidad del capitan explorador y pasa una temporada en la ciudad, en donde se siente por completo un forastero de los que no encajan. No entiende la ley, no entiende el comercio. Al final decide regresar a las montañas.

Lo que más sobresale en su personalidad es su sentido de respeto, amistad y solidaridad, aún con animales, seres inanimados o personas desconocidas (En una parte, Dersú se pone a reparar una vieja cabaña para que la pueda usar alguien que llegue después, y sugiere que se le deje algo de arroz y sal para que ese desconocido pueda comer). Dersú se hace querer muy fácilmente por la tropa, todos respetan su opinión y sugerencias, y se entristecen bastante cuando deciden separarse

No hay reproche de ningun tipo, más bien un enorme sentimiento de gratitud por haber tenido la suerte de haberlo tenido cerca, los mejores deseos para el futuro y la esperanza de volverse a ver. La separación no significa que nunca hubo amor ni respeto, significa simplemente que los caminos se separan. Fue bueno haberlo andado juntos, pero desde el comienzo se sabía que no eran los mismos, solo que compartían un tramo. Dersú se aleja sonriente, el capitán también.

La escena más emotiva es quizá el reencuentro de los amigos, que tratan de abrazarse pero un arbol caído se los impide. Cuando un forastero se va, no significa que no quiera volverte a ver, sólo que no puede asegurar cuándo sucedera eso. Dersú regresa y todo se vuelve motivos para sonreir. Dersú se va a vivir a la ciudad pero no logra encajar y al final hay otra separación.

Muchos habrá que ven en la primera separación un fraude a los lazos afectivos construidos, y en esta segunda separación una total ingratitud y desprecio por la hospitalidad del capitan o la amistad de su familia. Rechazar una cómoda casa, calientita, bien ambientada, por irse de regreso a las montañas agrestes puede parecer un despropósito, una descortesía, ganas de desbaratar todo un armazón de buenos sentimientos y amistad.

Dersú es un Forastero, mal haría el capitán en hacerlo cambiar para que recibiera sus muestras de afecto y gratitud. Si Dersú las rechaza no es por descortés, si Dersú le resta importancia a la enorme gratitud del Capitán no es por arrogancia, si se separan no es porque la amistad sea débil. Qué bueno que el capitán lo entendió (ahora tendrá que explicárselo a su hijo), qué bueno que Dersú fue comprendido. Qué bueno que hubiera más personas como ese capitán, que no censuran al forastero ni a sus decisiones, que no se molestan si el camino los separa o se rechaza la hospitalidad, que entienden que su lugar no está junto a la chimenea, aburrido y triste sino afuera, aunqe haga frío.

Monumental, Kurosawa. Ahí te va un brindis por Dersú

domingo, 11 de marzo de 2007

Los 80 de Gabo


El ocurro de la semana fue sin duda el cumpleaños de Gabo, del que tanto se habla, se escribe y se comenta (Especialmente personas a las que se les nota que no han leido una página de su obra). Yo también quisiera hablar, escribir y contar mucho sobre el Gabo, que de lejos es mi escritor favorito (Aunque suene a respuesta de descerebrada Reina de belleza), pero la red debe estar llena de textos bien hechos, hermosos y delirantes, presuntuosos y snobs, serviles y cepilleros, acres e incisivos, y de todos los calibres posibles e imaginables que hablan de este maestro del delirio, y mucho mejor de lo que pudiera hacerlo yo.


Pero tampoco quiero quedarme callado, aunque hay mucho para decir (sólo denme cuerda y les hablo de lo mucho que disfruto leyendo a Gabo), así que me enfocaré en el tema del blog. No es que baste con calificar a gabo de Genuino Forastero (una perogrullada, pues es parte del patrimonio mundial de la humanidad, tanto como del hispano o el colombiano, y en toda "Vivir para contarla" queda evidente que lo ha sido desde niño) sino por la facilidad con que ha creado personajes forasteros de mucha importancia en sus obras, con quienes logramos identificarnos y solidarizarnos de sus extrañas actitudes y decisiones. Quisiera hablar próximamente de muchos de ellos, ahora sólo mencionaré a dos (Pensaba referenciarlos todos, pero me salieron un montón), mis muy favoritos.
  • En el amor en los tiempos del cólera, Florentino Ariza mostrado como un eterno forastero que aunque no abandona la ciudad, nunca estará en su propio lugar mientras no esté en el corazón de Fermina (aunque sabe distraerse mientras llega el momento)

  • En el otoño del patriarca, El anciano de granito visto como un forastero de su propia vida y su propio cuerpo cuando ya el poder era tanto que ni lo podía manejar, cuando toda la maquinaria del poder gobernaba por él y sin siquiera poder escapar, cuando los obreros de la casa presidencial le decían por qué no te haces donde no estorbes y él sin saber dónde hacerse. Un forastero en su propia casa


Un gran aplauso para el Gabo. Ojalá la cuerda le dure para muchos libros más (se les leerá con fruición, según la costumbre)