Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno) estarás contento de haberme conocido. Serás mi amigo y tendrás ganas de reír conmigo. Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. Tú les explicarás: "Las estrellas me hacen reír siempre". Ellos te creerán loco. Y yo te habré jugado una mala pasada...
El Principito, Capítulo XXVI
Todo el contenido de esta maravillosa obra podría usarse para tratar de explicar muchos aspectos del ser forastero. El libro entero está lleno de experiencias, reflexiones y anécdotas de quienes se van, quienes esperan, quienes quieren regresar, quienes se arrepienten de haberse ido. El principito llega a ser un forastero de los que se larga, de los que no encaja, de los que se arrepienten de haber partido, en muchos casos reniega de ser uno, pero siempre logra comportarse y tomar decisiones consecuentemente a su sino forastero.
Mucho podría hablarse de cada aspecto, pero hoy quiero hablar solo de lo que me pone a pensar la cita que menciono arriba: El principito trata de decirle a su amigo piloto que no se ponga triste por la separación, que hay mucho para celebrar y no valdría la pena ponerse triste, que al final logrará consolarse y el recuerdo de lo vivido bastará para hacerlo feliz.
Para muchos, hablar de esta manera puede provocar irritación ante tanto cinismo y desparpajo: Decir sin pudor que se irán de tu lado tras haberte domesticado, sin importar la falta que puedas hacer y asegurar que te vas a consolar sin sugerir siquiera cómo, y acentuando que para ése forastero el asunto de separarse y consolarse es muy fácil y que tú deberías hacer lo mismo y seguir su ejemplo puede parecer el colmo de la falta de empatía por el dolor de la separación. Por fortuna el piloto comprendió: No entorpecer los planes del principito fue la mejor manera de respetar el afecto que le tenía, que era enorme según puede leerse:
Me quedé de nuevo helado por un sentimiento de algo irreparable. Comprendí que no podía soportar la idea de no volver a oír nunca más su risa. Era para mí como una fuente en el desierto
Qué bueno que el piloto también entiende que la separación no significa traición, ni fraude, ni farsa, ni deslealtad. Igual lo comprendió el zorro, que antes de ser domesticado sabía que el principito no iba a quedarse para siempre, y que podía consolarse por el color del trigo. Algunos verán arrogancia en la actitud del principito cuando le dice al zorro:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
Pero no es arrogancia, ni prepotencia, ni desprecio por los bonitos sentimientos ajenos. Es solo que, para el principito, domesticar no significa atarse (Qué bueno que el zorro lo entendió). El Piloto también lo entendió, por eso, y muy a pesar de desear que el principito no se fuera, decide respetar sus decisiones
-Esta noche ¿sabes? no vengas...
-No te dejaré.
-Pareceré enfermo... Parecerá un poco que me muero... es así. ¡No vale la pena que vengas a ver eso...!
-No te dejaré.
Muy parecido a la decisión de Dersú y del capitán, en la anterior entrada de este blog. Mal hubieran hecho en retener a los forasteros.
Hace falta más zorros, más pilotos, más capitanes exploradores
8 comentarios:
Wow!!!
Nunca nadie habia sabido explicar de mejor forma lo que es el AMOR...
Asi tambien lo veo y lo vivo yo.
...grafico y literato...
¿Te refieres a de Saint-Exupery, verdad?
Qué bueno que te gustó. Eso significa que eres de los nuestros, Nati
Vuelve cuando quieras
¿quiénes son ustedes? ¿cómo ser uno de los suyos? y ¿cómo esperar que vuelva alguien como se lo dijo a Nati si quizás cuando ella llegue ud. ya no este por el mismo hecho de ser forastero? Eso no se dice...si uno no va a estar!!!! además todo es mentira!!!! el principito no fue forastero!!!! El solo fue un viajero que siempre quiso volver!!!!
¿Nosotros? Bueno, nosotros somos los forasteros. De eso se trata este blog.
Le digo a Nati (y a cualquier otro que le guste participar aqui) que vuelva cuando quiera porque si le gustó leer esta entrada probablemente le gusten otras que se publicarán en el futuro.
Eso sí, espero que el blog siempre se pueda actualizar.
Lo bueno es que si, en una de esas me harto de todo y me largo, siemprep odré escribir al respecto en este blog :)
Gracias por escribir, Estebana, pero déjame decirte que el principito es un forastero por excelencia, es casi el ejemplo enciclopédico, mira:
- La mayor parte del libro transcurre fuera de su asteroide. Donde llega, evalúa las cosas según su rasero y decide no quedarse.
- Al hablar de su vida anterior a la llegada de la rosa, cuando vivía solo, no lo hace lamentando esa soledad
- Los lazos que crea, aunque son fuertes, son provisionales apriori que son temporales.
- ni siquiera con ellos gusta de pasarse todo el tiempo libre: A la serpiente le pide que se vaya porque quiere bajar del muro, y al piloto le dice que regrese a su máquina mientras él descansa en el pozo. A los habitantes de asteroides los evade
- Lamenta muchas cosas de su rosa, podría inferirse que el viaje lo hace por separarse un poco de ella, aunque no lo dice explícitamente
- Evita al máximo responder preguntas, y dar información sobre sí mismo. No quisera dejarse conocer.
- Tiene un aire de melancolía y soledad. un día vio 43 veces la puesta de sol, un dia que estaba verdaderamente triste.
- Acepta que no debería escuchar a la flor, simplemente aprovechar lo mejor posible lo que ella puede ofrecer (Su aroma)
y hay más...
Todo es un andar que no termina... De todo y todos aprendemos. El Principito debía hacer su viaje... el propio conocimiento de sí mismo hacia las experiencias vividas con los demás. No es abandono. Nadie se va si dos no quieren... es un continuo viaje... pero todo queda, nada parte.. Somos partes de un todo.. Y ahí estamos... seamos Z, orros, seamos Pilotos, seamos Pincipitos, seamos Rosas..., seamos lo que seamos.. ahí estamos.
Al menos yo estoy y si parto o si me quedo, sólo es una forma de trasladarme... pero nunca marcho, porque sólo sé que hoy estoy y quien quiera venir a mí ahí estaré...
El Principito... Maravilloso libro...
Nadie se va si dos no quieren...
Eso es cierto, Chare. También es cierto que no hay problema si los dos quieren irse.
El lío de ser un forastero es que uno quiere irse y siempre habrá alguien que no quiere que te vayas.
Me ha encantado tu nota, tu interpretación del libro. Me has dado ganas de releer El principito y reencontrarme con esas maravillas que mencionas, y mira que lo acabo de releer. Saludos cordiales.
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