Una mujer cantó. Desgarró la noche con la voz más bella que yo haya escuchado jamás. La voz más bella, la más dolida: clavada en el negro fulgor del empedrado, esa mujer cantó el alarido de todos los solos del mundo.
La Voz, Eduardo Galeano
Eduardo Galeano cuenta su encuentro con esta mujer de Praga, en una esquina de la calle Celetná. Dice que era paralítica, dice que se calló muy pronto cuando unos muchachos se burlaron, pero no dice qué cantaba la mujer, qué canción, qué palabras, o qué ritmo.
A mí también me pasó: Una vez, hace dos años, alguien Desgarró la noche con la voz más bella que yo haya escuchado jamás. La voz más bella, la más dolida: clavada en el negro fulgor del empedrado, esa voz cantó el alarido de todos los solos del mundo, y fue la voz de don José Larralde.
Desde entonces no he parado de escuchar esa voz, que no solo canta el alarido de todos los solos del mundo, ni su clamor y su desconsuelo, sino también su silencio, su forastereo. sus ganas de callar y de que nadie perturbe esas ganas de que la sonrisa arrastre los pies. Después de conocerlo, todo forastero mantendrá con gusto en su boca una canción de José Larralde y se sentirá acompañado cuando lo haga .
Les dejo sus palabras introductorias a su último álbum: A las once menos cuarto. De verdad que dan ganas de cebarse unos mates y sentarse a escucharlo
Siempre pensé, que a medida que pasaran los años, el hombre (o al menos yo) llegaría a dominar y manejar los sentimientos y los estados de ánimo de cada día, de cada hora, de cada minuto de la vida.
Siempre creí que el hombre madura a medida que va pudiendo controlar sus emociones y la mente era el gran director de esa compleja orquesta que es un todo, desde los pelos hasta las uñas de los pies.
Hoy, a mi edad, reconozco que no lo logré, y sigo obedeciendo los requerimientos de todos y cada uno de mis órganos: mi corazón, mis tripas, mis riñones y a todas las sensaciones que me producen, hasta el más enclenque de mis glóbulos, en una palabra, soy un esclavo de mí mismo, y lo peor es que no me puedo sustraer, aún negándome, a tal dictamen.
Quizá sea, porque soy el producto de un tiempo que no pasa, pero que obligadamente yo, paso por él, desconcertado a veces, lastimado y lamiendo mis heridas, las viejas y las nuevas, las heridas que la vida pone en la vereda de enfrente y uno, inexorablemente cruza la calle del "son mías" y cuando ya no tiene en el cuerpo y el alma donde ponerlas, las mete en los bolsillos por "si mañana me quedo sin ninguna".
Eso soy, creo que eso soy, simplemente un "coso" acostumbrado a estas cosas. Creo que algunas están en estas canciones. Gracias
JOSE LARRALDE
Algunas no, Muchas de "estas cosas" están en sus canciones. Don José Larralde será un invitado frecuente por aquí. Ya ha venido a mostrarnos sus Décimas de Jacinto Luna, su Como yo lo siento, su Colono y su Forastero. Pronto vendrá con muchas más
Gracias a usted, Don José.
Siempre creí que el hombre madura a medida que va pudiendo controlar sus emociones y la mente era el gran director de esa compleja orquesta que es un todo, desde los pelos hasta las uñas de los pies.
Hoy, a mi edad, reconozco que no lo logré, y sigo obedeciendo los requerimientos de todos y cada uno de mis órganos: mi corazón, mis tripas, mis riñones y a todas las sensaciones que me producen, hasta el más enclenque de mis glóbulos, en una palabra, soy un esclavo de mí mismo, y lo peor es que no me puedo sustraer, aún negándome, a tal dictamen.
Quizá sea, porque soy el producto de un tiempo que no pasa, pero que obligadamente yo, paso por él, desconcertado a veces, lastimado y lamiendo mis heridas, las viejas y las nuevas, las heridas que la vida pone en la vereda de enfrente y uno, inexorablemente cruza la calle del "son mías" y cuando ya no tiene en el cuerpo y el alma donde ponerlas, las mete en los bolsillos por "si mañana me quedo sin ninguna".
Eso soy, creo que eso soy, simplemente un "coso" acostumbrado a estas cosas. Creo que algunas están en estas canciones. Gracias
JOSE LARRALDE
Algunas no, Muchas de "estas cosas" están en sus canciones. Don José Larralde será un invitado frecuente por aquí. Ya ha venido a mostrarnos sus Décimas de Jacinto Luna, su Como yo lo siento, su Colono y su Forastero. Pronto vendrá con muchas más
Gracias a usted, Don José.
Aqui, el grupo Facebook de Fanáticos de José Larralde
4 comentarios:
Angela, aqui puedes escuchar Semblanza de tierra seca:
http://www.goear.com/listen.php?v=3b9ff19
Aqui, Pobre viejo
http://www.goear.com/listen.php?v=7cede90
Tengo dos versiones de "Milonga pa don segundo". Te subí la más antigua, que es la que debes conocer:
http://www.goear.com/listen.php?v=2570d2b
y aqui, Cosas que pasan
http://www.goear.com/listen.php?v=7a8b225
Dusfrútalas
Muchísimas gracias de nuevo,y sí que las he disfrutado muchísimo.Y lo contrario también,que casi me gusta más.
De las palabras que citas de Larralde:pues a lo mejor con la edad no ha podido dominar ni manejar sus sentimientos,ni tampoco controlar sus emociones como esperaba,pero sin embargo tiene una capacidad increíble para conocerlas y expresarlas y yo creo que eso es a lo máximo que puede aspirar la razón:a entender.Controlarse yo creo que es otro cantar que tiene más que ver con las tripas y con el nervio que con el cerebro.
Pues te seguiré de cerca,ahora me voy a leer esos otros tres posts a los que remites (hoy va a ser un día temático para mí).
Y que da gusto la gente tan bien dispuesta,sea forastera o no. Gracias mil.
Qué bueno que te gustaron, Angela.
Tienes razón, Larralde quizá no controle sus emociones, pero vaya si las sabe verbalizar y musicalizar. Las mismas palabras dichas con otra voz no me harían temblar tanto.
Vuelve cuando quieras, Ángela
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