Qué bueno es traer nuevamente una canción emotiva, que haga sonreir y que den ganas de bailar (lo que no hacía desde que traje Baldosa Floja), y es que las chacareras del Chaqueño Palavecino siempre serán canciones alegres, que invitan a la fiesta, la alegría y la camaradería, aunque traigan la letra más lúgubre y depresiva que conseguirse pueda. Así es la fuerza de su voz y su violín
La canción de hoy es como para mirar por encima del hombro, porque muestra ese aire autosuficiente que nos hace tanto adorno en el semblante. En este caso, esa habilidad la atribuye a haber nacido a orillas del Pilcomayo (Cada uno de nosotros lo atribuirá a algo) y con eso ya tiene para irritar a mucha gente
Y es que ese disfrutar a pesar de las penas puede verse como otra de las detestables características de nosotros los forasteros, que podemos cantar con los brazos abiertos y la voz al cielo para que quiero vivirla si mi costumbre es penar mientras andamos muy con sonrisa de oreja a oreja y viceversa, o que podemos decir que al río le doy mis penas cuando llega el carnaval mostrándo que al fin y al cabo las tenemos porque queremos, ya que nos las quitamos de encima con solo desearlo
Esto último es bastante incómodo para quienes suelen acercarse con ínfulas de Salvavidas a hacernos el favor de arrancarnos de las crueles garras del forastereo y salvar nuestra alma para siempre de los sórdidos caminos del desconsuelo y el abatimiento. Estas personas parecen tener como objetivo primordial corregir el rumbo del forastero, pero al final no logran nada (o logran todo lo contrario). Como el forastero termina dejando las penas donde menos se piensa (en el río) o cuando menos se espera (cuando llega el carnaval) y sin haber contado con la valiosa colaboración que le ofrecían, motivos para culparlo de insensible y traidor le lloverán como en abril. Y si se le ocurre cantar me marcho cuando no quiero, y cuando quiero también lo verán arrogante y déspota
No hay salida, forastero. Por lo pronto sigue con esta canción en la boca, siempre solito y sin dueño, que tan bien te suena cuando quieres mirar por encima del hombro
Pilcomayeño
Soy pilcomayeño puro,
La canción de hoy es como para mirar por encima del hombro, porque muestra ese aire autosuficiente que nos hace tanto adorno en el semblante. En este caso, esa habilidad la atribuye a haber nacido a orillas del Pilcomayo (Cada uno de nosotros lo atribuirá a algo) y con eso ya tiene para irritar a mucha gente
Y es que ese disfrutar a pesar de las penas puede verse como otra de las detestables características de nosotros los forasteros, que podemos cantar con los brazos abiertos y la voz al cielo para que quiero vivirla si mi costumbre es penar mientras andamos muy con sonrisa de oreja a oreja y viceversa, o que podemos decir que al río le doy mis penas cuando llega el carnaval mostrándo que al fin y al cabo las tenemos porque queremos, ya que nos las quitamos de encima con solo desearlo
Esto último es bastante incómodo para quienes suelen acercarse con ínfulas de Salvavidas a hacernos el favor de arrancarnos de las crueles garras del forastereo y salvar nuestra alma para siempre de los sórdidos caminos del desconsuelo y el abatimiento. Estas personas parecen tener como objetivo primordial corregir el rumbo del forastero, pero al final no logran nada (o logran todo lo contrario). Como el forastero termina dejando las penas donde menos se piensa (en el río) o cuando menos se espera (cuando llega el carnaval) y sin haber contado con la valiosa colaboración que le ofrecían, motivos para culparlo de insensible y traidor le lloverán como en abril. Y si se le ocurre cantar me marcho cuando no quiero, y cuando quiero también lo verán arrogante y déspota
No hay salida, forastero. Por lo pronto sigue con esta canción en la boca, siempre solito y sin dueño, que tan bien te suena cuando quieres mirar por encima del hombro
Pilcomayeño
Soy pilcomayeño puro,
chaqueño de corazón
no soy mezclao con ninguno,
no tengo dueño señor.
A orillas del pilcomayo,
A orillas del pilcomayo,
tratando de no poder
me marcho cuando no puedo,
y cuando puedo también.
Pilcomayeño, siempre seré
Pilcomayeño, siempre seré
siempre solito y sin dueño
para cantar volveré
mi pilcomayo querido
nunca te olvidaré
Si me volviera la vida
Si me volviera la vida
alegre para cantar
para que quiero vivirla
para que quiero vivirla
si mi costumbre es penar
Al rio le doy mis penas
Al rio le doy mis penas
cuando llega el carnaval
pero ni bien se las lleva
otras voy viendo llegar
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3 comentarios:
Muito obrigado, Rodrigo. Eu acho tambein que o Google e muito poderoso. Voce achei o meu blog, e nao conhece espanhol e ainda nao o que estou dizendo.
Até la pesquisa google que vein!
saludos de un forastero a otro...
Somos muchos, por fortuna
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