martes, 28 de agosto de 2007

Huckleberry Finn

Esta Imagen es la portada del libro de Las aventuras de Huckleberry Finn que leí hace años. Cuando estaba buscando las imágenes para esta entrada del blog pensaba en una de la serie de televisión de dibujos animados porque quizá es la que más interiorizada tenemos de este holgazán supremo. Sin embargo me emocionó mucho encontrar esta porque hoy quiero hablar del personaje del libro, no del personaje de la serie de televisión, y no porque sean muy diferentes (En la serie estaba bastante bien caracterizado) sino porque los hechos ocurren mucho después de las aventuras televisadas. Pocos libros me han hecho reir tanto como este, y lo recomiendo a ojo cerrado.

De todas maneras voy a recrear aquí la imagen que aprendimos a querer: la del pillo descalzo de sombrero roto gris con voz un poco áspera, overol sucio y mechones sobre la cara, porque es a éste Huck al que aprendimos a envidiar por su vida despreocupada, su holgazanería, su disposición a la aventura, su desescolarización, su independencia y, en resumen, todos los secretos que permite conocer el vivir en una casa en el árbol (Click Aqui para ver un video).

Este Huck se ve de repente entre dos opciones que no disfruta: O se convierte en un señorito educado que va a la iglesia al lado de la viuda Douglas o vive con su padre alcohólico que lo maltrata y quiere beberse su fortuna. Por eso decide escaparse y se encuentra con Jim, el esclavo negro que ha huido y que quiere trabajar para pagar su libertad. Huck hace aquí unas reflexiones muy sensatas, porque sabe que está pecando por ayudar al negro fugitivo, y que irá al infierno por eso, pero su corazón le dice que lo proteja y huyen juntos.

Aquí es donde realmente comienza lo bueno, cuando se vuelven unos forasteros que se las deben arreglar con el mundo desconocido que se les viene encima. La travesía de los dos los lleva Misissipi abajo en una aventura que los llevará a convivir con un par de estafadores (el duque y el Rey, que terminan siendo capturados gracias a Huck), con una familia que tiene guerra cazada con unos vecinos (y a la que al final asesinan) y con unos repentinos familiares de un conocido que le quitan el peso de encima de tener que seguirse escondiendo.

En este punto aparecen las páginas más divertidas, hilarantes y jocosas del libro. La manera en que planean la liberación de Jim es para desternillarse de la risa. El final llega con una pequeña sorpresa, pero uno lamenta que el libro tenga 200 páginas, en lugar de 2000 o 5000. Se leerían con igual gusto. Lo mejor del libro, quizá, la escena de la balsa en la niebla, Jim nos enseña una muy buena manera de descifrar los sueños

Huck es un forastero que se hace querer muy fácilmente. Un forastero que no encaja en el mundo que de repente le toca en suerte (es un amante absoluto de la libertad) y prefiere huir a la deriva, a lo que el azar quiera, vagabundeando sin mayor preocupación, aunque su situación sea tremendamente preocupante (viaja con un negro fugitivo por los estados pro-esclavitud) y la mayoría de las veces tampoco encaje en lo que va descubriendo. Mucho tiene para enseñar, compartir y hacer reir. Huck tiene un gran corazón, este forasterito los acompañará muy gratamente cuando se decidan leerlo

2 comentarios:

Martín Franco Vélez dijo...

Habrá que leerlo, para disfrutarlo tanto como usted. Buen blog y gracias por el link. Saludos.

El Forastero dijo...

La Saga consta de cinco libros, huckleberry es el mejor pero no el primero. Primero hay que leer Las aventuras de Tom Sawyer. Los otros tres son enteramente prescindibles